jueves, 16 de octubre de 2014

PASADO, PRESENTE O FUTURO ...?

No hace mucho unas mujeres y hombres, soportaron la servidumbre, que por nacimiento les correspondió. No tienen nombres, ellas, ellos, las ciudades. Nadie quiera ver en ellos historias reales. Son mujeres, hombres y lugares salidos de la imaginación de quien ha vivido lo suficiente para llegar a conclusiones y, pedir que no olvidemos a quienes padecieron la explotación de la clase dominante.

Los vendimiadores hacían causa común por lo general todas las vendimias y, era para ellos el momento propicio para demandar mejoras. Éstas consistían en añadir al menguado jornal unos reales, o pesetas más. Así, como más tiempo para el descanso y una alimentación más acorde con el duro trabajo que realizaban.

Según los amos, los viñadores pertenecían a la aristocracia obrera. Ganaban un jornal superior a de los demás gañanes que se ocupaban durante el año de las distintas faenas en la viña. Comían en lebrillos los guisos, caliente o frio que cocinaban las mujeres en los hogares de la gañanías. Consistente en pan, solo pan. Sopa caliente de tomate en la mañana, cuando ya llevaban dos horas de faena, supervisada por el aperador o capataz y, los manijeros, uno por cada cuadrilla de hombres. Un gazpacho frio al medio día, pan nadando en un liquido avinagrado con algo de tomate y unas gotas -pocas - de aceite. Y, otra sopa caliente una vez concluida la jornada, a la puesta del sol.

¡Unos auténticos sibaritas!, comentaba unos de los amos a sus compañeros hacendados mientras tragaban jamón y queso, regados con copas de Jerez. ¿Más tiempo para el descanso? Si hoy les concedemos lo que piden, mañana querrán más, protestaba indignado uno de los mayores terratenientes, mientras la grasilla del jamón le caía por la comisura de los labios. Viendo que se les venía encima todo el peso del compromiso argumentaban: si no se les retribuye mejor es, por que el producto del cortijo no daba para más.

Aún siendo fruto de la imaginación está sostenido por hechos reales, no hace mucho tiempo que ocurría en nuestra tierra. Otras fueron pioneras y alcanzaron antes los objetivos, las más deprimidas los han logrado también. Quedan lugares donde se continua tratando con desprecio al trabajador. No con la crudeza de esté relato, pero tienen aún mucho camino por delante por recorrer.
 
 
Vamos cambiando la sociedad generación tras generación, ni la mujer ni el hombre disponen, "evolucionamos", y con nuestra evolución cambiamos hábitos casi imperceptiblemente, hasta lograr una sociedad más justa, donde todos tengamos cabida.
Nosotros decidimos qué queremos ser y cómo queremos interactuar con nuestro entorno.
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Si crees que algo es imposible, tú lo harás imposible.” – B. L

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